A finales del 2019 una rara afección pulmonar empezó a afectar a los habitantes de Wuhan, en China, causando que el mundo entero centrara su atención en esta extraña enfermedad que parecía contagiarse muy rápido. Se descubrió que se trataba de una nueva variante de Coronavirus, nombrada SARS-CoV-2. Para marzo del 2020, y debido a la diseminación global de la enfermedad, la OMS la catalogó como una pandemia. Muchas acciones fueron llevadas a cabo por parte de todo el personal médico y de las instituciones al servicio de la salud en un esfuerzo por contener el creciente número de personas afectadas y por apoyar en la rehabilitación y manejo de las secuelas del COVID 19, las cuales se dieron a conocer con mayor precisión a partir de la evolución del estado de pandemia.
Y es que este nuevo coronavirus se caracterizó por variar entre una infección asintomática, un cuadro leve y una fase crítica; es decir que este podía causar una ligera gripe o complicar la salud de forma mortal. La fase crítica de esta enfermedad consistía principalmente en una neumonía complicada que podía requerir de ventilación mecánica y, además, podía llegar a comprometer el sistema renal, cardiovascular y pulmonar.
Un gran número de pacientes que sufrieron complicaciones derivadas del COVID-19 y estuvieron internados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) lograron superar la enfermedad, pero su estado de salud se vio comprometido por las complicaciones anteriormente mencionadas. Durante los picos más altos de la pandemia, las unidades de cuidado crónico fueron una respuesta ante la emergencia.
¿Qué secuelas deja el COVID-19?
Primero es necesario aclarar la diferencia entre la enfermedad persistente y las secuelas del COVID-19, en la primera se presentan los síntomas de manera fluctuante durante un periodo de tiempo más largo al usual; mientras que en la segunda se habla de aquellos pacientes que han presentado un cuadro grave de la enfermedad y han necesitado pasar tiempo en la UCI, generando un daño en una parte del organismo.
Una de las secuelas más comunes es la fibrosis pulmonar, que deja una especie de cicatriz causando consecuencias en los pulmones; además, el covid puede causar secuelas en el sistema vascular, cerebral y renal.
Adicional a esto, es normal que se presenten trastornos cognitivos e incluso emocionales, pues los pacientes pueden desarrollar depresión o estrés postraumático debido al aislamiento y la constante preocupación que genera la sintomatología de la enfermedad.
¿Cómo apoyó REMEO a los pacientes crónicos afectados?
REMEO es un programa de cuidados crónicos que hace parte de Messer, y dentro de este se busca brindar a los pacientes afectados por las secuelas del COVID-19 una rehabilitación integral que les permita retornar a sus hogares, pues las condiciones de pacientes post-covid requieren de programas de rehabilitación que les permitan mejorar su estado de salud.
Este programa pone a disposición alrededor de 420 camas para personas con complicaciones derivadas de la enfermedad crónica, centrándose en tres afecciones principalmente: enfermedades respiratorias, con un 28.4% de los pacientes, enfermedades neurológicas; con un 24.8% y enfermedades huérfanas, con un 24.9%.
Dentro de este programa se llevó a cabo un estudio descriptivo en Bogotá, Barranquilla, Cali, Bucaramanga y Medellín, que reunió a 122 pacientes ingresados al programa de cuidado crónico con diagnóstico de post infección por SARS-CoV-2. El programa brindó a estas personas, que habían salido de la UCI en estado de convalecencia, cuidados multidisciplinarios entre los que se encontraban los servicios de enfermería y medicina; de terapia física, respiratoria, ocupacional; y un acompañamiento psicológico y nutricional.
Los pacientes de REMEO tuvieron una estancia media de 72 días dentro del programa bajo una atención integral que logró rehabilitar de forma completa a 56 de estos. El 39.1% de los que ingresaron con ventilación mecánica fueron desanublados sin complicaciones, mientras que el 53,33% de aquellos con gastrostomía pudo retirar la sonda y comenzar a recibir alimentación oral. Por otro lado un 18,3% fue ingresado a urgencias o UCI y 4 pacientes fallecieron durante el seguimiento debido a complicaciones derivadas de la enfermedad de base.
El programa REMEO prestó atención multidisciplinar de manera precoz, con el fin de
acondicionar al paciente a los mayores niveles posibles de autonomía y reintegración al
entorno familiar, en total se realizaron un total de 9.518 intervenciones.
Los ingresos a la unidad post-covid correspondieron a un grupo de pacientes con graves complicaciones de salud; el 67% de estos necesitó traqueostomía y gastrostomía, además de requerimientos de oxígeno suplementario. Gracias a la capacidad de atención de programas de cuidado crónico como Remeo es posible tener una ruta para mejorar las condiciones de vida de los pacientes con secuelas graves derivadas de Covid-19.
Programas de rehabilitación como REMEO están diseñados de manera técnica para ofrecer un plan de atención precoz y multidisciplinario que permite hacer frente a la actual pandemia y las características clínicas de pacientes con complicaciones derivadas del coronavirus.